Hace 25 años, el psicólogo Arthur Aron juntó a dos personas en su laboratorio con un objetivo concreto: conseguir que se enamoraran. Aunque algunos afirman que fue fruto de la casualidad (si es que existen las casualidades), el psicólogo señaló que todo había sido gracias a un método infalible: formular las 36 preguntas para enamorarse perdidamente de otra persona. ¿Es eso posible?
Aron afirmó que cualquier persona es capaz de enamorarse de otra si encuentra ciertos puntos en común, aunque siempre habrá un componente físico que condicione el enamoramiento. Lo cierto es que el método del científico no funciona en el 100% de los casos, pero existen muchísimas probabilidades de que, si formulas estas preguntas a la persona que te gusta, la química surja de inmediato. ¿Por qué no probarlo?