Un cuadro representando a Antonio Machado sentado y mirando fijamente

40 frases de Antonio Machado 【Bonitas y de Amor】 ❤

Frases de Antonio Machado que te llegarán al alma.

Antonio Machado Ruiz nació en Sevilla en 1875. Es uno de los poetas españoles más famosos y reconocidos y su obra se clasifica en el movimiento modernistas. El poeta, escritor y dramaturgo escribía poesía de compromiso y carácter humano y de contemplación de la existencia, en la que se hace eco de la sabiduría popular más antigua y ancestral.

Aunque junto con su hermano Manuel escribió algunas obras de teatro, su obra es mayoritariamente poesía. Uno de los títulos más representativos es ‘Campos de Castilla’, donde refleja su pasión por la naturaleza y los paisajes. Algunas de las frases de Antonio Machado han quedado para la posteridad, convirtiéndose en verdaderos iconos de la poesía española.

Frases célebres Antonio Machado

La muerte es algo que no debemos temer porque, mientras somos, la muerte no es y cuando la muerte es, nosotros no somos.

1La muerte es algo que no debemos temer porque, mientras somos, la muerte no es y cuando la muerte es, nosotros no somos.

Es propio de mentes medianas embestir contra todo aquello que no les entra en la cabeza.

2Es propio de mentes medianas embestir contra todo aquello que no les entra en la cabeza.

Por mucho que un hombre valga, nunca tendrá valor más alto que el de ser hombre.

3Por mucho que un hombre valga, nunca tendrá valor más alto que el de ser hombre.

Si es bueno vivir, todavía es mejor soñar, y lo mejor de todo, despertar.

4Si es bueno vivir, todavía es mejor soñar, y lo mejor de todo, despertar.

Ayudadme a comprender lo que os digo y os lo explicaré mejor.

5Ayudadme a comprender lo que os digo y os lo explicaré mejor.

Dicen que el hombre no es hombre mientras no oye su nombre de labios de una mujer.

6Dicen que el hombre no es hombre mientras no oye su nombre de labios de una mujer.

La verdad es lo que es, y sigue siendo verdad aunque se piense al revés.

7La verdad es lo que es, y sigue siendo verdad aunque se piense al revés.

Hay dos clases de hombres: los que viven hablando de las virtudes y los que se limitan a tenerlas.

8Hay dos clases de hombres: los que viven hablando de las virtudes y los que se limitan a tenerlas.

La alegría consiste en tener salud y la mollera vacía.

9La alegría consiste en tener salud y la mollera vacía.

10Caminante no hay camino, se hace camino al andar.

11Benevolencia no quiere decir tolerancia de lo ruin, o conformidad con lo inepto, sino voluntad de bien.

12Busca a tu complementario que marcha siempre contigo y suele ser tu contrario.

13Despacito y buena letra, que el hacer las cosas bien, importa más que el hacerlas.

14Doy consejo, a fuerza de viejo: nunca sigas mi consejo.

15El imperio es una satisfacción que se debe preferentemente a los esclavos.

16Los conceptos son de todos, y se nos imponen desde fuera; las intuiciones siempre son nuestras.

17Los que están siempre de vuelta de todo son los que no han ido nunca a ninguna parte.

18Hoy es siempre todavía.

19Juzgarnos o corregirnos supone aplicar la medida ajena al paño propio.

20La crítica (...) es sin duda el más alto deporte de la inteligencia; pero acaso también el más superfluo, el más pobre en conclusiones positivas. Cuando es dogmática, parte de una definición para tornar a ella; y cuando no lo es, sólo nos descubre su propio problema: la dificultad de definir eludiendo definiciones.

21Los honores desmedidos perturban siempre el equilibrio psíquico de todo hombre medianamente reflexivo.

22Nunca perdáis contacto con el suelo; porque sólo así tendréis una idea aproximada de vuestra estatura.

23Para dialogar, preguntad primero, después... escuchad.

24Siempre que trato con hombres del campo pienso en lo mucho que ellos saben y nosotros ignoramos, y en lo poco que a ellos importa conocer cuanto nosotros sabemos.

25Sólo Platón y el Cristo supieron dialogar, porque ellos más que nadie, creyeron en la realidad espiritual de su prójimo.

26Tiene razón Baroja cuando afirma que el sabio y el artista, aunque parezcan revolucionarios, son por su instinto conservadores. Pero el Estado debe sentirse revolucionario atendiendo a la educación del pueblo, de donde salen los sabios y los artistas.

27Virtud es fortaleza; ser bueno es ser valiente.

28Nuestras horas son minutos cuando esperamos saber, y siglos cuando sabemos lo que se puede aprender.

29Hay que tener los ojos muy abiertos para ver las cosas como son; aun más abiertos para verlas otras de lo que son; más abiertos todavía para verlas mejores de lo que son.

30El ateísmo es una posición esencialmente individualista: la del hombre que toma como tipo de evidencia el de su propio existir, con lo cual inaugura el reino de la nada, más allá de las fronteras de su yo. Este hombre, o no cree en Dios, o se cree Dios, que viene a ser lo mismo.

31Ese complejo de experiencia y juicio, de sentencia y gracia, que es el refrán, domina en Cervantes sobre el concepto escueto o revestido de artificio retórico.

32Las religiones superiores nos dicen que es el desmedido amor de sí mismo lo que aparta al hombre de Dios.

33Por debajo de lo que se piensa está lo que se cree.

34Por mucho que un hombre valga, nunca tendrá valor más alto que el de ser hombre.

35Aprende a dudar, hijo, y acabarás dudando de tu propia duda; de este modo premia Dios al escéptico y confunde al creyente.

36No olvidéis que es tan fácil quitarle a un maestro la batuta, como difícil dirigir con ella la quinta sinfonía de Beethoven.

37De cada diez novedades que pretenden descubrirnos, nueve son tonterías. La décima y última, que no es una necedad, resulta a última hora que tampoco es nueva.

38Quien avanza hacia atrás, huye hacia adelante. Que las espantadas de los reaccionarios no os cojan desprevenidos.

39Hay en el mundo (decía Juan de Mairena) muchos pillos que se hacen los tontos y un número abrumador de tontos que presumen de pillos.

40La Sociedad de las Naciones (...) fiel a su corta y lamentable tradición, sigue siendo un instrumento en manos de los poderosos para asegurarse la paz armada, que es acrecentar la guerra futura por el camino más corto, es decir, mediante el exterminio de los débiles.