Si tienes que hacer una entrevista de trabajo, es muy importante que vayas preparado para hacerlo de la mejor manera posible y así demostrar que eres el candidato perfecto para esa posición. A continuación hemos elaborado una lista con las preguntas para entrevistas de trabajo más frecuentes y comunes, para que hagas una entrevista perfecta.
Nos vamos a centrar en las típicas preguntas de una entrevista de trabajo y cómo responderlas correctamente. Antes de entrar en materia, recuerda mantener siempre una actitud positiva y cercana.
No hace falta que contestes nada ingenioso. Aprovecha esta primera toma de contacto para hablar de temas banales, como el tiempo o el transporte público, para relajarte y mostrar una actitud más cercana y confiada.
No le cuentes tu vida al entrevistador, limítate a resaltar tus puntos fuertes como persona y como trabajador. Sé resolutivo, muestra confianza y guarda un as en la manga que no hayas incluído en tu currículum para estas ocasiones.
Cuando alguien está buscando trabajo, no envía un currículum a una sola empresa y espera a recibir la respuesta para enviar el siguiente, sino que envía unas cuantas solicitudes por una simple cuestión de probabilidad. No obstante, el entrevistador necesitará saber que estamos realmente interesados en el puesto, que conocemos a qué se dedica la empresa y que, en definitiva, no son uno más del montón. Busca información sobre la empresa antes de la entrevista.
Mucha gente comete el error de no preparar esta pregunta, pero es una de las más comunes en las entrevistas laborales. Toda oferta de trabajo tiene un lado positivo, ya que de lo contrario no habrías decidido solicitar el puesto. Puede que no sea el trabajo de tus sueños, pero quizás te ofrece estabilidad, posibilidad de promocionar dentro de la empresa o te queda cerca de casa.
Aquí mucha gente empieza a divagar o incluso miente sobre sus cualidades. Mentir es una estrategia nefasta, ya que tarde o temprano se descubrirá la verdad’ y la decepción será mucho mayor. Lo ideal es resumir tus puntos fuertes y cómo tus fortalezas pueden aportar algo nuevo o un valor añadido a la empresa.
Una pregunta que debes tener preparada de antemano. En esta ocasión no se trata de volver a listar tus fortalezas, sino destacar aquella que te hace diferente del resto. Se trata de una pregunta clave que determinará si eres apto para el puesto.
La típica pregunta trampa en una entrevista de trabajo. Lógicamente, no puedes tener claras tus aspiraciones en la empresa si aún no has empezado a trabajar en ella. Lo que sí puedes hacer es visualizar cómo te gustaría que fuera tu vida laboral dentro de cinco años, resaltando que te gustaría trabajar un puesto estable, seguir formándote o adquiriendo ciertas responsabilidades.
A todos nos da cierto reparo hablar del salario en la entrevista de trabajo, pero debemos ser sinceros sobre nuestras expectativas teniendo en cuenta nuestra formación y experiencia en el sector. En el caso de que la empresa haga su primera propuesta y no se ajuste a tus expectativas, no te muestres frustrado o molesto, ya que eso te puede cerrar las puertas al puesto de forma definitiva.
La sinceridad es una buena aliada, pero hay que medir las palabras. Evita usar términos como “tirano” o “negrero” que solo denotan negatividad en el puesto de trabajo. Siempre es mejor utilizar palabras como “exigente” o “perfeccionista” que demuestran que estás acostumbrado a la presión o que puedes reconducir discrepancias laborales.
Unos lo llevan mejor y otros peor, pero nadie es completamente inmune a la presión. La pregunta no está tan ligada a tu capacidad para soportar el estrés como piensas. Lo que busca el entrevistador es saber si eres una persona resolutiva, creativas o tienes cierto pensamiento lateral para sortear el estrés y llevar a cabo tu trabajo de forma eficaz.
El trabajo en equipo se da en cualquier empresa, pero debes considerar el puesto que estás solicitando. No todo el mundo funciona mejor en equipo, y puede que el entrevistador esté buscando precisamente alguien que tome la iniciativa por sí solo. Sinceridad ante todo.
Mucha gente responde sin pensárselo dos veces: “esta es la empresa en la que me gustaría trabajar”, pero esa no es la respuesta correcta a menos que quieras quedar como un pelota. El objetivo de la pregunta es saber en qué ambiente laboral te gustaría trabajar y si esas expectativas se ajustan al puesto que se ofrece. En definitiva: enumera las características de tu empresa ideal.
El cambio es algo necesario en la vida; sin cambio no podemos progresar. No temas ponerte algo filosófico, porque esa es la verdad: el cambio nos hace mejores. Por otra parte, debemos aprender a diferenciar: el cambio en el ámbito laboral no tiene nada que ver (o no debería) con la estabilidad en la empresa y mucho menos con tu estabilidad económica.
Lo más normal es que hayas enviado el currículum a otras empresas, y no tiene nada de malo. No obstante, debes recalcar aquello que te ha resultado interesante de la oferta de trabajo.
No es una pregunta complicada, pero no te muestres como una persona orgullosa o te atribuyas todo el mérito de tus logros.
Todos estamos algo nerviosos en las entrevistas de trabajo, pero recuerda que se trata de una simple conversación entre dos personas adultas. Aprovecha la pregunta, normalmente la última, para resolver todas las dudas que tengas. Si no te la hacen, demuestra que puedes tomar la iniciativa con preguntas como “¿cuál será mi labor en la empresa?” o “¿qué espera la empresa de mi?”.
Por último, recordamos que hay ciertas preguntas que no son de la incumbencia de la empresa, como “¿tienes planeado tener hijos?” o “¿cómo llevas la vida en pareja?” o “¿a qué dedicas tu tiempo libre?”. Estas preguntas entran en el terreno más personal y no deberían afectar a tu vida laboral, así que desvíalas con educación.